La mirada
de un arquitecto

Reflejo de la evolución de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y principal exponente del racionalismo arquitectónico en Canarias.

Estudió en la Escuela de Arquitectura de Madrid (España), obteniendo el título de arquitecto en 1920. Durante algún tiempo colaboró en el estudio de quien había sido su profesor Secundino Zuazo. En 1922 regresó a su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, en donde comenzó a trabajar con diversos proyectos particulares y oficiales, entre los que se encontraban el de hacer una evaluación urbana de la ciudad y proyectar el desarrollo del sector de Alcaravaneras.

En estos primeros proyectos, se descubre la búsqueda del nuevo lenguaje internacional racionalismo, inicialmente de carácter poco definido, pero que rápidamente adquiere líneas maduras y contundentes del que es una muestra el edificio del Cabildo de Gran Canaria, ubicado en la calle de Bravo Murillo de la capital Gran Canaria, erigido en 1932.Estos mismos años, desarrolla con su hermano, el pintor simbolista Néstor, (fallecido prematuramente en 1938), la recuperación y la definición de un estilo regionalista para exhibirlo como una identidad que actuara de reclamo turístico y publicitario.

En la postguerra, al manifestarse dentro del modernismo un estilo ecléctico, el arquitecto se adscribe a la arquitectura autártica impuesta por el Mando Económico que se sumó a una corriente revalorizadora del estilo Neo-canario que ya se venía fraguando desde antes de la Guerra Civil del 36 y que cristalizó con el Parador de Tejeda, más tarde la Casa de Turismo del Parque de Santa Catalina en 1940 e inaugurada en 1945, así como el Pueblo Canario, que incluye el Museo Néstor, dedicado a su hermano y del Hotel Santa Catalina, finalizados en los años 50.

A partir de los años 60, la sociedad empieza a abrirse al turismo, se pierden los criterios estilísticos derivados del autoritarismo para iniciarse una etapa de eclecticismo formal, representados en diferentes arquitecturas entre las que destaca sin duda la casa del marino, que se trata de los primeros proyectos que reconducen el panorama local a la segunda modernidad, pero, además, mediante un complejo equilibrio compositivo que permite entroncar de nuevo con la arquitectura más destacada del panorama internacional.